"Rooodrigox, der glücklich Jipi!!!". Exclamó mi buen amigo al mostrarme ésta fotografía.
Estaba retocada con un poco de colorinche , eso si. Pero de todas maneras podía reconocerse el rostro de este personaje, del cual sabía que la música le inspiraba no se qué historias y fanfarrias. Lo cierto es que Merkwürdigeliebe le conocía, lo suficiente al menos como para hacerme una idéa de un buen tipo. Nos quedamos allí sentados obserbando la calle desde una mesita del Bar Princesa, con varias fotos desparramadas entre una botella de rubia cerveza y dos altos jarros casi despojados de su tesoros. Pasaron horas, y un poco más incluso. Y cada quién se fué a seguir con su vida.

Corazones contentos... Corazones felices y una nueva vida. Cortadas las cadenas que el destino quiso fueran tan largas. Optimista sobre un futúro en realidad incierto, pero deseado en fin. Esta es una imagen de los dias (no hace mucho), en los que resucitó la esperanza.

Estábamos registrando el presente, para hacer mérito de nuestro conocimiento. ¿Cuanto vale una imágen?... Para el que las toma, ninguna tiene un precio. Cualquiera que sea, ninguna vale más que lo que hay en ella.

"Esa noche fué de mucho pensar y pensar. Pero ahora que ya ha pasado el tiempo (y bastante), me pregunto si no hubiese sido mejór irme por una rubia, en una buena jarra, viendo alguna obra maestra". Terminaba de decir aquel viejo amigo de las gafas oscuras. "¿Y por qué no?" dije yo. "Uno siempre pasa de largo las cosas que luego deséa". Contestó el doctor.

"No solamente habiamos recorrido muchos caminos, sino que además construimos otros tantos". El doctor bajó la mirada, y luego me dio una palmada en el hombro. "Cada uno tiene su propia historia", siguió diciendo. "Sin lugar a dudas", contesté. Merkwürdigeliebe alzo su mirada nuevamente y sonrió. Tras unos Parisiennses más y otras historias, se despidió, giró sobre sus pies y volvio por donde habia venido.

VENGAN VENGAN!!!

Me mostro las imágenes que tomó ese dia en el teatro y entre ellas encontré la de Mols, mientras se asomaba al vacio interminable de escalones, con la luz del exterior a sus espaldas.

"Mientras haciamos la cobertura de un recital, decidimos con un compañero explorar el teatro...

Un lugar genial, si me preguntan. Luces y sombras." Dijo Merkwürdigeliebe, mientras de sus bolsillos sacaba un pedasito de papel higienico para limpiar sus lentes de gotas de lluvia.

"POR LA RECTA CAMINABA UN AMIGAZO"... Empezó diciendo el doctor.

No lé seguí mucho la historia, me pareció oirla antes.

De todas maneras era un buen relato. ¿Cuantos kilometros recorrieron en incontables caminatas?...

Quién sabe, el mundo se hace pequeño y los pies te tiran hacia adelante haciendote un camino.

Me alegro de que almenos las piernas no nos fallen cuando la compañia es grata.

¿Que pasó con Dr Merkwürdigeliebe?

Caminando por las calles de más allá de Finisterre, Dr. Merkwürdigeliebe se frenó en la esquina del Bar Princesa a fumar un Parisiennse. De su cuello colgaba una cámara que hace poco se habia encontrado y con ella reflejo su mundo. Pidiome fuego mientras sacaba otro Parucho, y yo le extendi el encendedor... Me agradeció y me dejó unas fotos. Acomodó sus lentes miró a la calle, luego a mi, dio las gracias y se fué. Cada tanto me lo encuentro por ahí donde brillan las estrellas.
Una foto por lumbre es el trueque de cada encuentro. "Ya no hay más diarios que escribir" dijo un dia, "Si" le contesté.