"Esa noche fué de mucho pensar y pensar. Pero ahora que ya ha pasado el tiempo (y bastante), me pregunto si no hubiese sido mejór irme por una rubia, en una buena jarra, viendo alguna obra maestra". Terminaba de decir aquel viejo amigo de las gafas oscuras. "¿Y por qué no?" dije yo. "Uno siempre pasa de largo las cosas que luego deséa". Contestó el doctor.
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